En un esfuerzo por promover el bienestar general de la población, se destaca la importancia de la actividad física como una herramienta esencial para la prevención y el manejo de diversas condiciones de salud. Expertos en el área subrayan que integrar el movimiento en la vida diaria no solo mejora la condición física, sino que también tiene un impacto significativo en la salud mental y la calidad de vida.

La actividad física es reconocida como un componente clave en el abordaje integral de la salud. Va más allá de la mera práctica deportiva, abarcando cualquier movimiento corporal que genere gasto de energía. Especialistas en actividad física, junto a profesionales de la salud, enfatizan la necesidad de un enfoque coordinado que involucre diversas disciplinas, como la kinesiología, la educación física, la nutrición y la psicología. Esta colaboración asegura una atención completa que aborda tanto los aspectos físicos como los emocionales del bienestar.

Beneficios de moverse más

La incorporación de la actividad física en la rutina diaria ofrece una amplia gama de beneficios para las personas:

- Prevención de enfermedades crónicas: la práctica regular de ejercicio ayuda a prevenir enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardíacas. Al mantenerse activo, se fortalece el sistema cardiovascular y se mejora el control de los niveles de azúcar en sangre.

- Mejora de la salud mental: el ejercicio es un potente aliado contra el estrés, la ansiedad y la depresión. La actividad física libera endorfinas, neurotransmisores que producen sensaciones de bienestar y euforia. Además, fomenta la interacción social, lo que contribuye a reducir el aislamiento y fortalecer los lazos comunitarios.

- Aumento de la calidad de vida: al mejorar la fuerza, la flexibilidad y la resistencia, las personas experimentan una mayor autonomía en sus actividades diarias, lo que se traduce en una mejor calidad de vida. Dormir mejor, tener más energía y disfrutar de una mayor vitalidad son solo algunos de los resultados.

- Empoderamiento del individuo: programas innovadores están diseñados para empoderar a los individuos, especialmente a aquellos con condiciones crónicas de salud. Estos espacios brindan conocimientos sobre el manejo de la propia salud y las emociones, permitiendo a los participantes tomar un rol activo en su bienestar. A través de charlas, actividades físicas adaptadas y talleres, las personas aprenden a entender mejor sus cuerpos y a desarrollar estrategias para mejorar su condición.

- Creación de vínculos sociales: más allá de los beneficios físicos, la participación en actividades grupales fomenta la creación de vínculos y redes de apoyo. Estos lazos sociales son fundamentales para la salud mental, ofreciendo un sentido de pertenencia y comunidad que impacta positivamente en el bienestar general.